En las navidades del 2008-09 tuvimos la idea de alquilar una casita rural en la montaña cerca de la ciudad amurallada de Carcassonne. La ciudadela es impresionante y ofrece magníficas vistas, especialmente dede el otro lado de Pont Vieux que atraviesa el rio Aude.
El viaje, al final, no salió del todo bien por motivos que ahora no vienen el caso pero al menos pudimos disfrutar de excepcionales paisajes y panoramas, como el que ofrecen esta pareja de ciervos.
En este viaje fue la primera vez que llevamos a las dos huronas con nosotros. Por entonces ya estaban bastante mansas, aunque sorprendentemente han ido volviéndose más y más con los años y ya tenían un carácter muy distinto: mientras Esvi se volvía loca por corretear por la montaña, McFerret se intentaba subir como loca a mi pierna cada vez que se encontraba en medio de un descampado. No recordaba haberles visto nunca un pelaje tan mullido y suave como durante aquel invierno. Aquí algunas simpáticas fotos (son muy especiales para mi, ya que recientemente Esvi murió repentinamente de cáncer y pasamos unos días muy apenados).
Salimos a celebrar la Noche Vieja y nos sorprendió no encontrar tan pocos restaurantes abiertos. No fue la mejor entrada de año, incluso fue mejor la vez que pasamos la entrada de año en un hotel en las afueras de Paris -a pocos metros de un mercado donde vendían ostras- encerrados en la habitación (que incluía cocina) jugando al "Señor de los Anillos" con la Game Cube que nos habíamos traido de viaje. Esto a Omer le hacía gracia porque, como soy muy aprensiva, cada vez que salían arañas en la pantalla del juego que atacaban a mi personaje, me ponía a "lloriquear" nerviosa, hasta que conseguí acostumbrarme a la impresión. Ahora que pienso, esto debería haberlo explicado en el post de Paris y no en el de Carcassone pero es que allá habían tantas cosas que explicar y aquí tan pocas... En fin, aquí vestidos para la ocasión de final de año.
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