Monday, July 25, 2011

Moscow, Rusia

Fuimos a Rusia en abril-mayo de 2007. Como ya he explicado, desde bien joven había soñado con ir a la Plaza Roja (Red Square) a ver la Catedral de San Basilio (Saint Basil’s Cathedral). Lo que en aquel momento yo consideraba la maravilla más grande construida (aún no conocía el Neuschwanstei, o el Versailles o el mismo Peterhof). En el último momento decidimos que valía la pena conocer Saint Petersburg. La parte de Saint Petersburg ya la conocéis casi toda excepto dos cosas: la triunfal llegada y la dolorosa salida.
Como siempre cogimos el vuelo más barato y esto implicaba bastantes cambios de avión. Llegamos a la ciudad a las 12:00 de la madrugada pasadas y después de superar todos los obstáculos: taxis, aeropuertos, nos encontrábamos a pocas manzanas del hotel (supuestamente). Las calles en Saint Petersburg son enormes en todas las dimensiones posibles y lo que nosotros entendíamos por una manzana se traducía en metros y metros de caminar desesperados. Si a eso le añadimos que descubrimos que algunas calles no figuraban en los mapas (lo descubrimos al tener que ir y volver por la misma calle tras haber contado las tres del mapa y comprobar que nos habíamos pasado, esto nos sirvió de experiencia para el resto del viaje...) y que paseábamos por una calle enorme y desierta arrastrando una maleta, con cara de perdidos sin rastros de encontrar el hotel y de tanto en tanto algún coche parecía aminorar la velocidad y mirarnos (más tarde descubrimos que muchos coches particulares se ofrecen como taxis a los turistas), entenderéis que sea uno de los peores ratos que he pasado en mi vida.
Al final el Omer, que no suele preguntar nunca se decidió a entrar en el único chiringuito abierto: en ese momento Omer no fue consciente (siempre tan despistado y bien pensado) pero se trataba de un prostíbulo. La prostituta le miró con sorpresa, quizá porque no entendía inglés o quizá porque le sorprendió la pregunta. Cuando se metieron hacia adentro para preguntar al dueño del local, de lejos pensé que ibamos a conocer a la Mafia Rusa. Por suerte, no pasó nada pero tampoco nos sirvieron de ayuda.
La salida de la ciudad para ir a Moscow fue igual de problemática. Queríamos coger un tren transiberiano (de esos que viajan de noche y duermes en literas) y para encontrar mejores precios habíamos decidido no comprarlo desde casa sino una vez llegáramos a Rusia. El caso es que allá nadie hablaba inglés con fluidez ni parecía importarles un pimiento "no hablarlo" y "no poder ayudarte". Pasamos los últimos días muy nerviosos hasta descubrir la única agencia decente que vendía viajes y hablaba inglés. El viaje en el transiberiano fue muy excitante. Podías compartir camarote con otra gente, nosotros decidimos no arriesgar más y coger un camarote de dos. Recuerdo que tuve que salir al WC por la noche y me dió bastante cosa, porque la vigilante tenía bastante mala cara.
Así llegamos a Moscow y a la mañana ya estábamos en la Plaza Roja. Pero, era 8 de mayo : Día de la Victoria de los Aliados sobre el Nazismo (conmemorando el fin de la guerra en 1945) y la plaza se encontraba cortada por un desfile militar delante del Kremlin. Nosotros no teníamos ni idea: en España no se celebra para nada (será que a Franco no le pareció necesario celebrarlo). Aquí hay unas curiosas fotos (y un video) del momento. Los soldados al llegar a la Plaza Roja, hacían cola en las letrinas móviles.
 
 


Finalmente, al día siguiente pude ver la Plaza Roja, el Kremlin y la Catedral de San Basilio, con sus cúpulas en forma de bulbo y sus vivos colores. La catedral fue ordenada para conmemorar la conquista del Kanaro de Kazán por el zar Iván IV, el Terrible. A pesar de su nombre, su reinado se definió por una tendencia a alejar de su lado a la nobleza boyarda y crear instituciones con participación popular. También reformó el codigo penal y el ejército.  Otro aporte importante a la nación rusa, fue la conquista de Siberia.
Con respecto a la catedral, edificada en el SXVI por Póstnik Yákovlev, la leyenda cuenta que Iván el Terrible dejó ciego al arquitecto para evitar que nunca más volviera a construir un edificio que superara en belleza a la Catedral. Se sabe que es leyenda porque más tarde Yákovlev participó en la construcción del Kremlin de Kazán.
En frente de la catedral hay unas estatuas de bronce, representando a Dmitri Pozharski y Kuzmá Minin, quienes reunieron voluntarios para el ejército que lucharon contra los invasores polacos (Período Tumultuoso).
A continuación varias imagenes de la Catedral, situada al lado del Kremlin, de la plaza Roja y del Kremlin.


Otra maravilla que no hay que perderse es el Convento de Novodevichy (Novodevichy Convent), que se traduciría como Monasterio de las nuevas vírgenes o Convento de las Doncellas Novicias. Fue construido al lado del río Moskva y constituía un punto estratégicamente clave para proteger la ciudad. El convento acogió a muchas damas de la realeza que eran forzadas a tomar los hábitos. Otro hecho histórico importante es que el convento fue intentado demoler por las tropas de Napoleón en 1812 pero fue salvado por las monjas. Actualmente es un Patrimonio de la Humanidad.


Tal es la belleza del convento visto desde el lago (que forma el río) que ha servido de inspiración a los dos artistas rusos que me fascinan: al escritor Leo Tolstoy y al compositor Pyotr Ilyich Tchaikovsky.
En la novela Anna Karenina (una de mis favoritas y que para más devoción ha sido llevada al cine por Vivien Leigh),  Konstantin Lyovin uno de los carácteres principales conoce a su futura esposa Kitty patinando sobre hielo cerca de las paredes del convento (de hecho al propio Tolstoy le gustaba patinar allá). En su otro libro "Guerra y Paz", uno de los protagonistas Pierre va a ser ejecutado en las paredes del convento. También se dice que el lago sirvió de inspiración a Tchaikovsky para componer su obra maestea "El Lago de los Cisnes" (Swan Lake).

Aún hoy sigue inspirando a artistas, cuando nosotros paseamos por el lago una chica joven estaba pintando el paisaje, como se puede ver en algunas fotos.
En el interior del convento está el Cementerio de Novodevichy que, del mismo modo que Montmartre en París (ya se explicó en un post), es un precioso cementerio lleno de romanticismo que alberga a celebridades (en este caso rusas). Entre otros se puede encontrar:  los compositores de música clásica Sergéi Prokofiev ("Pedro y el Lobo", "Romeo y Julieta", aunque como no, prefiero la versión de Tchaikovsky) y Dmitri Shostakovich ("Second Waltz", "The Gadfly") , el violinista David Óistraj , la bailarina clásica Anna Pávlova, el entonces recientemente fallecido presidente de Rusia Borís Yeltsin, Andrei Tupolev, conocido ingeniéro aeronáutico y diseñador de aviones, etc















Casi para acabar con los puntos de interés de Moscow (seguramente nos dejamos de ver algo porque estábamos agotados), no se puede dejar de visitar la Iglesia de Cristo Salvador (Church of Christ the Saviour). Se trata del templo ortodoxo más alto del mundo, se tardó en construir 44 años. Frente a él otro monumento para homenagear al zar asesinado Alexandre II (ver el post de Saint Petersburg): esta vez una escultura.








Hay muchísimas iglesias que merecen hechar una ojeada. Por ejemplo la llamada "Church of the Nativity of the Virgin in Putniki".
Unas fotos de pocos momentos antes de salir de viaje hacia Rusia.



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